{ 🇪🇸 & 🇪🇸 }
Porque ya desde el reportaje de preboda, esa sesión de novios en la que nos tuvieron encantados por el estupendo recorrido que hicimos por la majestuosa Gran Vía de Madrid. Eso sí, tarde de julio con calorazo, sudor y sed, pero mereció el placer del magnífico rato que pasamos.
Conectas con parejas de novios que rápido transmiten esa sensitividad que augura una boda llena de fascinación, y que en efecto así resulta tras vivir la magnífica organización lleva a efectos por Iván y Cristina.
Con suma sencillez pero buena dosis de implicación todos los participantes de esta preciosa boda nos dieron la oportunidad de volver a crear un escenario lleno de sensual diversión, porque la implicación de todos y cada uno de sus invitados dió de sí para comprender que estaba todo perfectamente planificado.
La orquestación de los tiempos no podía resultar menos que perfecta de la mano, como de otra manera no podía ser, de la finca Miravalle, precisa y exacta en todos sus cometidos organizativos. A ello me permito agregar la exquisita organización que la propia novia antepuso durante todos los preparativos.
Realizar nuestros proyectos fotográficos nupciales en la sierra madrileña siempre son garantía de éxito; cada reportaje de boda supone un añadido de entusiasmo en la verde y soleada Guadarrama.
Los novios se emplearon a fondo para que todos los presentes, invitados, profesionales y servicio de finca y organización, tuviéramos todas las facilidades de trabajar a gusto y con la suficiente soltura creativa. Un día, mejor dicho, una tarde/noche auténticamente espectacular!
Un día que sin ninguna duda pasa a la historia de mis narrativas nupciales como uno donde especialmente tuve la sensación de pasar por un nuevo cuento de hadas dada la maravillosa implementación estética de la novia al más puro estilo ‘princesa Disney’. Genial!