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Y llegó la boda, como si de un acontecimiento con palabras mayores se tratase y así lo es de verdad. Ganas teníamos todas las habidas y por haber, porque no se nos va de la cabeza lo mucho que reímos en la preboda de Carlos y Esther. Y no falló, el reportaje de boda dió de sí para mucho-mucho porque las risas y la diversión fueron la nota más dominante de esta espectacular celebración nupcial. Nos recibió la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora en Alpedrete, provincia de Madrid, en la que el propio sacerdote oficiante ya nos abrió para cuanto pudiéramos necesitar de su parroquia y que el reportaje no estuviera exento de ningún plano importante y necesario.
Miravalle, la gran finca de la que Guadarrama puede presumir hasta la saciedad por su impresionante detallismo y cuidado hasta la última nimiez que cualquiera pudiera imaginar, nos brindó por enésima vez todo aquéllo que facilite tu trabajo como fotógrafo. Y los novios desde luego nada que objetar al respecto sino bien al contrario reconocimeinto pleno de labor hostelera encomiable y superior por completo.
No nos llegan palabras suficientes de agradecimiento a las familias de los novios que en todo momento nos pusieron las escenas y los momentos más espontáneos que pudieron pero sin enterarse de nuestro trabajo: ¡esto es naturalidad y espontaneidad sin ninguna duda! Los amigos dieron la maravillosa nota de unas constantes notas de improvisación y nos hicieron pasar a todos unos momentos inolvidables, naturalmente a nosotros como profesionales realizando nuestro trabajo sin parar un minuto.
El día, que estuvo navegando entre crestas de nubosidad y valles de sol a ratos, nos concedió el don de una jornada laboral maravillosa durante la que aprovechamos con tesón y pasión todas las oportunidades que nos iban brindando todos los invitados y como los escenarios acompañaban de maravilla por ende pues el resultado del reportaje fotográfico de boda está a la vista. Pues Carlos y Esther, nuestra profunda felicitación y que la vida siga con vosotros un feliz destino y llenando con esas risas que nunca olvidaremos vuestro feliz matrimonio! Os queremos de verdad amigos.