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Pues todo comienza en medio de un soleado y precioso día en los bosques de Rascafría, donde Jaime y Lorena me citan para realizar su book de novios, en realidad el reportaje de preboda con el que vamos a dar los primeros pasos de su boda. Este serrano pueblo madrileño tiene abundancia de buen rollito, un monasterio que quita el aliento de belleza e historia y unos mesoncitos en los que comer con el mejor de los paladares.
En nuestro bucólico paseo aprovechamos para comentar todas las inquietudes que envuelven a los novios, igual en todos los casos; todo se va despejando a través de una densa conversación que mantenemos durante media mañana de jornada profesional para mi. Ellos hallan un entretenimiento con el que además aprenden cositas de fotografía, pues yo aprovecho a resolver pequeñas dudas técnicas que les asaltan también para el día de la boda.
Si la finca es encantadora, –Miravalle– ubicada en pleno acceso a la sierra de Madrid, los novios desde luego son una auténtica gozada de personas, con un trato tan dulce como exquisito. Me divertí mucho de verdad haciendo las fotografías de Lorena en su domicilio porque además de estar estupendamente secundada por su familia, que no pararon, me permitió la confianza incluso de fotografiarla colocándose las lentillas nada más acabar su maquillaje (uno mismo sabe mucho de estas lentes y en ocasiones se trata de un show); las maquilladoras, del magnífico equipo de ‘Your Wedding Dream‘, realizaron un trabajo de absoluta armonía, si bien Lorena es guapísima por naturaleza, el resultado del maquillaje fue espectacular por la sencillez de su enamoradizo resultado.
Recuerdo a Jaime nada más llegar a ese bucólico pero altar de lujo preparado por Miravalle, con esa expresión de radiante inquietud por la aparición de Lorena al principio del jardín: el novio estaba entre el desmayo del enamorado contrayente y la obnubilación de un sueño como de vapor celestial porque la novia deslumbró en su angélica aparición.
El día fue maravilloso. Nuestro trabajo para el reportaje de boda resultó tan intenso como llevadero, gracias a unos invitados que se prestaron sin saberlo a la posibilidad de llevar a cabo un documentalismo de verdad narrativo y lleno de actitudes entretenidas. Las fuentes de la finca, sus jardines de ensueño cuidados hasta el menor detalle, la forma y el método en la organización, todo, absolutamente todo salió redondo y además sumado a un anochecer cálido, de estos que te llenan el cercano final de verano de maravillosas sensaciones en tu trabajo.
Nuestra labor siempre concluye al poco del inicio de la fiesta que celebráis todos los novios, disfrutamos de vuestra alegría, bailes y brindis sin fín obteniendo decenas de imágenes fotoperiodísticas que desbordan vitalidad y magnífico buen rollo. Y en fin ¡mil felicidades y enhorabuena a los novios!.-